sábado, 4 de junio de 2011

Alza tus ojos

Por mucho tiempo yo viví en la orilla sin saber que existía la profundidad.
Por tanto tiempo yo pensé que todo se detuvo allí, que no hay nada más allá.
Desde que esa voz oí, Él me dijo: Levántate, y te mostraré lo que tengo para ti.
Alza tus ojos tan lejos como puedas ver, Dios te ha dado el poder de ver más allá para vencer.
Alza tus ojos y mira a tu alrededor. La promesa esta a tu lado, justo ahí, levanta tus manos, porque Dios confía en ti.
Desde entonces no es igual, ahora sé lo que es real. No quiero volver atrás.
Ahora soy un vencedor, su promesa me alcanzó, ahora sé a dónde ir.
Desde que esa voz oí, Él me dijo: Levántate, y te mostraré lo que tengo para ti.

Alza tus ojos tan lejos como puedas ver, Dios te ha dado el poder de ver más allá para vencer.
Alza tus ojos y mira a tu alrededor. La promesa esta a tu lado, justo ahí, levanta tus manos, porque Dios confía en ti.

José Luis Reyes

La mariposa perdida

Dijo un niño: Dios, habla conmigo.
Y entonces una alondra del campo cantó pero el niño no la escuchó.
El niño exclamó: Dios, háblame.
Y un trueno resonó por todo el cielo, pero el niño no lo escuchó.
El niño miró su alrededor y dijo: Dios, déjame mirarte.
Y una estrella se iluminó radiante, pero el niño no se dio cuenta.
Y el niño gritó de nuevo: ¡Dios, muéstrame un milagro!
Y una vida nació de un huevo, pero el niño no lo notó.
Llorando desesperadamente dijo: Tócame Dios, para saber si estas conmigo.
Dios se inclinó y toco al niño...... Pero él se sacudió la mariposa.

Muchas veces las cosas que pasamos por alto son aquellas que hemos estado buscando.


Jaime Lopera. La culpa es de la vaca.

sábado, 21 de mayo de 2011

Huellas en la arena

Una noche soñé que caminaba a lo largo de una playa acompañado por Dios. Durante la caminata, muchas escenas de mi vida se iban proyectando en la pantalla del cielo. Al pasar cada una de las escenas, yo notaba que unas huellas de pies se formaban en la arena. A veces aparecían dos pares de huellas y a veces un par. Esto me preocupó mucho porque pude notar que durante las escenas que reflejaban etapas tristes de mi vida, cuando me sentía mas apenado, angustiado y derrotado, solamente había un par de huellas en la arena. Entonces le dije a Dios: - Señor, Tú me prometiste que si te seguía, caminarías siempre a mi lado. Sin embargo he notado que durante los momentos más difíciles de mi vida solamente había un par de huellas en la arena. ¿Por qué cuando te necesité no caminaste a mi lado?.
El Señor me respondió: - Cuando has visto sólo un par de huellas en la arena, hijo mío, es porque Yo te llevaba en mis brazos.